8 cucharadas de azúcar
6 cucharadas de aceite
6 cucharadas de leche
3 cucharadas de anís
2 huevos
500 grs de harina
1 sobre de levadura
la piel rallada de 1 limón (solo lo amarillo)
1 pellizco de sal
1 litro de aceite de girasol
Azúcar y canela en polvo
Preparación:
Poner en la batidora, el azúcar, el aceite, la leche, el anís, los 2 huevos y un pellizco de sal. Batir muy bién.
Añadir la ralladura de limón y volver a batir un poco más.
Añadimos a la harina la levadura y la mezclamos bien con un tenedor.
En un cuenco echamos el batido y vamos añadiendo harina removiendo bien la mezcla hasta que la masa tenga cuerpo y pueda manipularse.
Entonces es el momento de ponerla sobre la encimera de la cocina y trabajarla con las manos hasta que nos quede una pasta elástica y bien amasada.
Para que no se nos pegue en la encimera espolvoreamos de vez en cuando un poquito de harina y nos mojamos las manos con un poquito de aceite.
Por ultimo ponemos la masa en un plato, la cubrimos con un paño limpio y la dejamos reposar un par de horas.
Pasado ese tiempo ya podemos poner una sartén con abundante aceite a calentar. El fuego no debe estar muy fuerte.
Formamos los rosquitos cogiendo una porción de masa, hacemos un rulo y lo estiramos dándole la forma de rosco y cerrandolo por los extremos procurando que sellen bien para que no se nos abran al freirlos.
Una vez vayan saliendo doraditos de la sartén los ponemos en un plato con un papel absorvente de cocina y a continuación los vamos rebozando con el azúcar mezclado con la canela que tendremos preparada en un plato para tal fin.
